Molestias vaginales durante el verano
El calor ya está aquí y el verano se aproxima y, para muchas mujeres, acompañando al calor, aparecen molestias vaginales durante el verano. La temporada de playa y piscinas ha quedado inaugurada y seguro que ya llevas puesto el bañador o bikini con bastante frecuencia. Y, aunque pasar todo el día en traje de baño pueda parecernos muy cómodo, esto puede aumentar el riesgo de padecer diferentes infecciones vaginales o urinarias, como la cistitis.
La microbiota vaginal normal está formada por diferentes microorganismos que viven en estado de equilibrio y cumplen diferentes funciones, como la de ejercer de barrera protectora.
La humedad es muy necesaria para que los hongos puedan desarrollarse y vivir, por ello, si pasamos mucho tiempo con el bañador mojado puesto, aumentamos la humedad en la vagina, produciéndose así el ambiente ideal para que los hongos, que forman parte de la microbiota habitual, crezcan de forma descontrolada y se produzcan molestias vaginales durante el verano. Además, durante el verano, a causa de las altas temperaturas, sudamos mucho más, lo que hace también aumentar la humedad. Esto lleva a que la Candidiasis, una infección producida por hongo cándida, sea una de las infecciones más frecuentes en las mujeres durante el verano.
Cuando hay un exceso de humedad, el pH vaginal se altera, lo que altera el equilibrio de la microbiota y debilita su función de barrera protectora. Esto fomenta aún más las molestias vaginales durante el verano y el desarrollo de infecciones vaginales y, no solo de tipo fúngico, sino también bacterianas.
Pero, además, no debemos quedarnos únicamente en las infecciones vaginales, este exceso de humedad propio del verano y su consecuente alternación del pH vaginal, también facilita el desarrollo de infecciones de tipo urinario, como la cistitis. La uretra, vagina y recto están muy próximos, por lo que la migración bacteriana es muy común. De ahí, la importancia de prevenir y evitar la alteración de la microbiota vaginal.
Las infecciones vaginales afectan a mujeres de todas las edades, siendo uno de los principales motivos por los que se acude a la consulta ginecológica, pero su incidencia, puede llegar a aumentar hasta en un 50% durante los meses de verano.
Molestias vaginales durante el verano: CANDIDIASIS
La candidiasis es una de las infecciones vaginales más frecuentes. Se calcula que sobre el 75% de las mujeres van a desarrollar una infección vaginal por hongos en algún momento de su vida, y más del 50%, un segundo episodio.
La candidiasis o cándida, es una infección causada por el hongo Cándida albicans. Este hongo vive en la vagina, es inofensivo y ayuda a mantener el nivel bacteriano adecuado. Sin embargo, algunas veces, el número de Cándida albicans crece en exceso y se produce la candidiasis.
Es importante saber detectar los síntomas con rapidez para poder actuar con antelación, estos son los principales:
- Picor, escozor, irritación de la zona íntima.
- Inflamación y enrojecimiento de la vulva y la vagina.
- Alteraciones en el flujo vaginal. Este suele volverse blanco, grumoso y abundante, tipo yogur.
- Ardor y prurito en los labios y en la vagina.
- Molestias y dolor al orinar o al mantener relaciones sexuales.
¿El pH vaginal solo se altera a causa de un aumento de la humedad en la zona?
No, además de la humedad, existen otros motivos por los que puede haber un sobre crecimiento de levaduras.
Los antibióticos, por ejemplo, pueden atacar a las bacterias de la microbiota, al igual que atacan a las baterías que estén produciendo la infección. Esta disminución de población bacteriana, fomenta el sobre crecimiento de hongos, que producen la infección. Algunos anticonceptivos. Usar productos de higiene con pH no adecuado. Llevar ropa muy ajustada o de materiales sintéticos. O el embarazo. Todos estos aspectos pueden influir en el desarrollo de infecciones y en la aparición de molestias vaginales durante el verano.
Los probióticos son una de las alternativas más interesantes para combatir y, sobre todo, para prevenir estas infecciones. Los probióticos cuenta con lactobacilos que mantienen bajos los niveles de pH, protegiendo así el entorno vaginal, evitando el desequilibrio y la posible aparición de la candidiasis.
Además de los probióticos, es muy aconsejable utilizar un gel de higiene íntima adecuado, con pH ácido (4.5), similar al de la vagina, que ayude a preservar el pH perineal y mantener la hidratación, evitando así la aparición de molestias vaginales durante el verano.
Si, por el contrario, ya han aparecido las molestias vaginales durante el verano como consecuencia de una candidiasis, entonces tenemos que emplear un gel de higiene íntima con pH alcalino (8), que ayude a contrarrestar la acidez excesiva producida por la candidiasis.