¿Por qué vuelve la cistitis?
Cistitis infecciosa bacteriana
La cistitis infecciosa bacteriana es un tipo de infección de las vías urinarias que suele ocurrir cuando algunas de las bacterias que se encuentran en la parte externa de la zona genital, consiguen acceder al interior de las vías urinarias a través de la uretra, donde empiezan a crecer de forma desmesurada.
La bacteria que, normalmente, es la causante de la mayoría de las cistitis bacterianas que se producen, es la Escherichia coli (E. coli).
Los movimientos durante el coito facilitan el acceso de las bacterias desde el exterior hacia el interior de la vagina. Esto no quiere decir que cada vez que se tiene una relación sexual vaya a producirse una cistitis, solo que existe una mayor probabilidad de que pase.
En general, las mujeres siempre están expuestas a sufrir infecciones de orina o cistitis, aunque sean más leves, pues en la zona genital habitan numerosas bacterias que pueden provocar estas infecciones o cistitis de forma recurrente.
De hecho, uno de los principales problemas de las cistitis bacterianas son su alto nivel de recurrencias, pero ¿por qué ocurre?
Recurrencia de la cistitis
Se considera una cistitis recurrente o de repetición cuando se tienen 3 o más en un tiempo inferior a un año o 2 infecciones en los últimos 6 meses. La recurrencia puede darse a causa de una reinfección o de una recidiva.
Cuando se produce una reinfección, se trata de infecciones independientes, es decir, ya se ha resuelto la primera cuando se produce la siguiente, que además lo hace con una bacteria diferente a la inicial.
Las reinfecciones suponen aproximadamente un 80% de las infecciones recurrentes y suelen ocurrir durante las 2 semanas posteriores a completar el tratamiento. Puede originarse por cepas distintas o por la misma cepa de la infección original, a causa de un reservorio en el tracto gastrointestinal o en las propias células uroepiteliales.
Sin embargo, en las recidivas se trata de la misma infección inicial, que vuelve a activarse, es decir, está siendo originada por la misma bacteria que provocó la inicial, que no hemos conseguido eliminar completamente.
Las recidivas son un 20% de las recurrencias y aparecen a las dos semanas de la aparente curación de la cistitis (persistencia de la cepa original en el foco de infección), bien por una anomalía genitourinaria o por acantonamiento en un lugar inaccesible al antibiótico.
Lo normal en una recidiva es que se produzca cuando la bacteria que produce la infección es la E. coli, que suele ser la causa de entre el 75 y 95% de los episodios de cistitis aguda no complicada.
La bacteria E. coli está compuesta por unas fimbrias (estructuras adherentes) que se adhieren a unos receptores que se encuentran en las células epiteliales del huésped.
Estas fimbrias son las que provocan las recidivas, pues cuando se anclan a la pared celular son muy difíciles de soltar, además se pueden camuflar entre los pliegues de las paredes, de forma que el tratamiento antibiótico no consigue actuar eficientemente contra ellas y por eso reaparecen al poco tiempo.
Principales síntomas de la cistitis
Dentro de los síntomas más característicos de una infección de orina encontramos:
- Necesidad urgente y frecuente de orinar.
- Picazón o quemazón en la uretra al orinar.
- En las mujeres, puede haber enrojecimiento de la vulva y picor vaginal
- Dolor al orinar y al mantener relaciones sexuales.
- Color turbio o anormal de la orina.
- Aparición de sangre en la orina.
- Fiebre y escalofrío. La fiebre puede ser indicativo de que la infección ha alcanzado los riñones.
- El dolor en el costado o en la espalda también puede significar la presencia de una infección en los riñones.
- Náuseas y/o vómitos.
- Las mujeres pueden sentir una ligera presión por encima del hueso púbico y muchos hombres sienten una dilatación del recto.
- Estar más irritable de lo normal.
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