¿Por qué la candidiasis es más frecuente en verano?
Verano, playa, piscinas, calor, ropa de baño… son la perfecta combinación para que se produzca una de las infecciones vaginales más comunes, la candidiasis vaginal.
La candidiasis vaginal es una infección que afecta al aparato ginecológico femenino y que es producida principalmente por el hongo cándida albicans. Este hongo es un microorganismo que habita en equilibrio en la microbiota vaginal.
Este tipo de infección fúngica puede causar picor, irritación, flujo blanquecino y espeso, enrojecimiento del área vaginal y dolor en algunos casos.
Cuando el equilibrio de la microbiota vaginal se altera, bien sea por desequilibrio en el pH vaginal, a causa de las hormonas, la menstruación, debilidad en el sistema inmune o por el resto de la microorganismos, este hongo puede crecer de forma descontrolada y producir la infección.
¿Qué puede alterar el equilibrio de la microbiota vaginal?
Partiendo de que se entiende por microbiota vaginal al conjunto de microorganismos como hongos o bacterias, que habitan en el aparato ginecológico, que viven en estado de equilibrio, lo que contribuye a mantener buenos estados de salud.
Cuando se produce un cambio que altera su equilibrio, estamos más expuestas a sufrir enfermedades. Durante el verano, estos cambios pueden a menudo deberse por ejemplo a llevar ropa de baño húmeda durante bastante tiempo o por la sudoración excesiva. Cuando esto sucede, es normal que se aprecien síntomas como el picor vaginal, molestias al orinar o durante las relaciones sexuales, cambios en el el color y consistencia del flujo vaginal normal.
La candidiasis puede presentarse en cualquier etapa de la vida de la mujer, de hecho, se estima que toda mujer la sufra en algún momento de su vida y también en cualquier momento del ciclo menstrual, aunque durante el embarazo y menopausia suele ser más común.
Además de lo mencionado anteriormente, algunos medicamentos como los antibióticos pueden ser causantes de una alteración en la flora vaginal que acabe desencadenando una infección vaginal por cándida.
Una higiene inadecuada o excesiva también puede alterar el ecosistema vaginal, sobre todo cuando se utilizan productos no adecuados, que no respetan el pH vaginal. Por ello se recomienda utilizar un gel íntimo para el cuidado diario que respete el pH vaginal normal y que ayude a proteger la flora vaginal, evitando así el desarrollo de infecciones vaginales como la candidiasis.
¿Cómo se trata la candidiasis vaginal?
Esta infección suele tratarse con antimicóticos y probióticos que ayuden a restablecer el equilibrio de la microibiota vaginal.
La prevención es muy importante, se debe evitar permanecer mucho tiempo con el bañador mojado puesto o con la ropa deportiva después del ejerciio y secarse bien la zona, pues este clima de humedad es caldo de cultivo para los hongos como el cándida albicans.
Se debe estar atenta a los síntomas que puedan indicar una infección como el cambios en el flujo vaginal, irritaciones o la aparición de molestias. Si los síntomas se agravan o se vuelven muy molestos deberás acudir a un/a especialista para que te vea.
Como ya hemos dicho, una correcta higiene es esencial, nuestra recomendación es Actifemme® Íntimo, un gel de uso diario sin jabón con 5 propiedades: protege, calma, hidrata, desodoriza y regula el pH, que ayudan a restaurar y proteger el equilibrio de la zona íntima.
Se debe evitar el uso de productos químicos no adecuados para la zona que puedan afectar a la microbiota vaginal, como el uso de desodorantes o perfumes.
El uso de probióticos es cada vez más empleado en este tipo de infecciones, sobre todo por la resistencia a los antibióticos que se ha generado en los últimos años. Los probióticos ayudan a restaurar el equilibrio de la microbiota y contribuyen a mantener buenos estados de salud. Pueden tomarse a través de alimentos o en complementos alimenticios.
Actifemme® DÚO (Actifemme® Óptima Oral + Actifemme® Cándida Vaginal) está indicado para la prevención y tratamiento de infecciones vaignales de orgien bacteriano y fúngico. Contiene un envase con 10 cápsulas vagiales y otro con 14 cápsulas orales que contribuyen a mantener el equilibrio natural de la microbiota vaginal.
Su efecto es notable desde el mismo momento en que las bacterias comienzan a colonizar la vagina donde empiezan a reducir la carga bacteriana o fúngica que produce el daño vaginal.
Está indicado en todos los casos de alteración temporal del equilibrio de la microbiota vaginal y facilita el restablecimiento de las condiciones fisiológicas normales vaginales, inhibiendo el crecimiento de microorganismos patógenos.
Es el único tratamiento que combina probióticos de administración oral y local (vagina).
¡Que el verano no te pille desprevenida!