Al escuchar las palabras “poder personal”, es posible que la primera asociación de ideas que se nos venga a la mente sean los súper héroes de los comics.
Si bien puede ser una idea divertida pensar en volar o atravesar paredes mágicamente, lo cierto es que son cosas que pertenecen enteramente al campo de la ficción.
Sin embargo, hay una buena cantidad de acciones que puedes realizar cada día para que tu poder personal sea más intenso, entendiendo éste como la habilidad para tomar acciones efectivas, haciendo uso de los recursos que posees en tu interior.
¿O es que acaso nunca has tenido una mala experiencia y has salido airosa de ella? Las dificultades forman parte de la vida y enfrentarlas con las herramientas que tenemos disponibles es una lección que nos hará encarar las siguientes con más destreza, evitando convertirnos en víctimas de las situaciones.
Explora tus poderes
Si hiciéramos un esbozo de los poderes que cada persona tiene dentro de sí, podríamos realizar una especie de mapa con cuatro grandes zonas:
• Los pensamientos. Dentro de ti misma tienes la capacidad de pensar, imaginar, crear y razonar. Los pensamientos proveen de una fuente ilimitada de inspiración… o pueden ser tus peores enemigos. En ti está usarlos lo más positivamente posible.
• Las emociones. Puedes amar, enfadarte, sentir. Sin embargo, las emociones son tan poderosas, que muchas veces nos dejamos llevar por ellas. Tu poder personal se incrementará cuando decidas elegir no dejarte llevar por las emociones.
• Las palabras. Quizás no eres totalmente consciente del inmenso poder que tienen las palabras: con ellas puedes construir o destruir. Si las dejas salir libremente, significa que no tienes control sobre ellas. También aquí cuenta tu diálogo interno, es decir, las palabras que te dices a ti misma tienen el poder de motivarte o deprimirte. Y es que precisamente las palabras tienen una energía potencial que es capaz de movilizar grandes cosas.
• Las acciones. Como dice el refrán, cada acción tiene una reacción. En otras palabras, somos libres de tomar una gran cantidad de acciones, pero hay que recordar que estas acciones a su vez tendrán consecuencias. La posibilidad de realizar una u otra acción abrirá a su vez un abanico de posibilidades. Quizás te cuestiones cómo elegir la acción más acertada, pero hay que tener presente que sólo tú tienes el poder y no debes dejarle a otros esa responsabilidad.
Después de que hayas empezado el proceso que te llevará hacia el autoconocimiento, y has explorado las cuatro grandes “zonas poderosas” que tienes dentro de ti misma, hay algunas acciones que puedes hacer para tener siempre presente tu poder personal.
Cuatro acciones
• Descúbrete. Hay algunas técnicas que podrás realizar para conectar con tu potencial interno. La meditación y el “mindfulness” son algunas de ellas. Su práctica te podrá ayudar a descubrir todo tu poder personal. También te puede resultar de gran utilidad analizar cuáles son tus fortalezas y cualidades. Piensa en ti misma y en todas las cosas buenas que posees. Además, piensa en cómo podrías potenciar tus habilidades. Todo esto hará que tu poder personal se incremente cada vez más.
• Adiós a la culpa. La culpa y la autocrítica suelen ir aparejadas. Sin embargo, éste dúo sólo te restará energía y no hará nada para ayudarte a potenciar tu energía interna ni tu poder personal. Ante las adversidades, transforma pensamientos del tipo “¿por qué a mí?” hacia pensamientos “¿qué puedo aprender de esto?”. Sólo así podrás aprovechar las circunstancias para avanzar a tu crecimiento personal.
• Tú importas. Suele suceder en el agitado ritmo que vivimos el día a día, que no te tomes un tiempo para ti misma. Esto es un gran error, ya que olvidarnos de nuestras propias necesidades no traerá nada bueno a la larga: en el mejor de los casos, te dejará un gran cansancio acumulado. Es una buena idea tomarte un tiempo para cuidarte y mimarte. Puedes practicar algún deporte, leer un libro que te guste o quizás simplemente tomar un baño con gran calma. Son simples acciones que te permitirán llenarte de energías positivas.
• Eres cuerpo-mente. Estudios científicos afirman que la relación entre cuerpo y mente es bidireccional. Esto quiere decir precisamente que si tu estado mental cambia, también cambiará tu cuerpo. Pero, como es bidireccional, significa que si cambias tu estado físico, tu mente también cambiará. Si en un momento determinado te sientes triste o abatida, prueba a cambiar la actitud corporal: levanta la cabeza, camina erguida y notarás la diferencia. Sonreír o bailar también tienen el poder de transformar. Es cuestión que elijas cuál acción te viene mejor y la apliques.