Retención de líquidos: qué es y cómo se puede combatir

Conocido con el nombre científico de edema, la retención de líquidos es cuando el organismo o alguna de sus partes presenta una inflamación porque una cantidad excesiva de líquidos queda retenida entre las células.

Puede suceder que esa hinchazón sea a causa de alteraciones en algunas hormonas, el sedentarismo, la ingesta de alimentos con mucho contenido de sodio y sal o por alguna enfermedad.

Esta afección puede que no sea nada grave o puede ser patológica, por lo que es de suma importancia saber cuál es su origen para determinar el tratamiento que se debe seguir para combatirla.

Causas y síntomas de la retención de líquidos

Las causas de la retención de líquidos son diversas y en términos generales las más frecuentes son:

• Falta de hidratación adecuada por insuficiente consumo de líquidos claros, como el té o el agua.
• Alimentación inapropiada por consumo de alimentos con mucho contenido de sodio y sal.
• Estar mucho tiempo en una misma posición: sentado o de pie.
• Modo de vida sedentario, con poca o ninguna actividad física.
• En el caso de las mujeres se presenta durante la ovulación o en el embarazo por los cambios hormonales.
• Por el consumo de ciertos fármacos, como corticoesteroides, antiinflamatorios no esteroideos, estrógenos o medicamentos para regular la presión arterial.
• Trastornos de la tiroides.
• Por enfermedades renales, hepáticas o del corazón.

En cuanto a la sintomatología de la retención de líquidos, puede ser también muy variada, pero los síntomas que se presentan con mayor frecuencia son:

• Hinchazón en las extremidades superiores o inferiores o en ambas, en las muñecas, en el abdomen y en algunos casos hasta en los ojos y la cara.
• Aumento de peso sin causa aparente.
• Pesadez generalizada en todo el cuerpo.
• Malestar general, fatiga y cansancio.

Además de esos síntomas comunes, puede notarse que la piel presenta una apariencia brillante o estirada, y si se presiona sobre la parte hinchada con el dedo, queda una huella blanquecina que desaparece lentamente.

La hinchazón en algunos casos solo se da en una extremidad y se le conoce como edema regional. Si es en todo el cuerpo, se le denomina edema general.

Cómo combatirla

Si ya se presenta esta afección que causa malestar y le da al cuerpo o alguna de sus partes una apariencia indeseada, es fundamental reducir la retención de líquidos con el tratamiento adecuado que considere el especialista.

Debe evitarse el consumo de sodio que está en la sal que se usa para cocinar, aunque sea durante un tiempo determinado. Lo más aconsejable es reducirla al máximo a incluso para siempre en la dieta diaria.

No pasar mucho tiempo sentado o de pie, en particular en ambientes calurosos y cerrados, ya que es indispensable favorecer la circulación de la sangre. Y para eso ayuda mucho la realización la actividad física más elemental, que es caminar.

Tomar infusiones diuréticas de algunas plantas como diente de león, cola de caballo, ortiga, rabos de cereza, té verde, centella asiática, flor de Jamaica y perejil, entre otras, y tomar agua con regularidad para mantener el organismo hidratado y favorecer la eliminación de líquido por la orina y las heces.

El drenaje linfático es una de las formas más efectiva para eliminar líquidos y consiste en una técnica de masoterapia en aquellas zonas del cuerpo que presentan hinchazón con el propósito de que mejore la circulación de la linfa.

En definitiva, mucho ayuda a que los líquidos retenidos sean reconducidos al sistema circulatorio, la presión que por medio de masajes se haga sobre las zonas afectadas.

Cuando se está sentado o acostado, ayuda el elevar las piernas por lo menos cinco centímetros sobre la altura del cuerpo.

Seguir un régimen dietético que evite o combata la obesidad, ya que esta es en muchos casos la causa principal de la retención de líquidos en el organismo.

Cómo prevenir la retención de líquidos

Si bien es cierto que las causas de la retención de líquidos son diversas, es oportuno tener presente que lo mejor es evitarla y seguir una serie de recomendaciones que están asociadas a maneras de adelgazar más rápido, puesto que una de las causas más frecuentes es la obesidad por mala alimentación.

Un buen desayuno que preferiblemente incluya frutas, cereales y lácteos desnatados o en su defecto otras leches como la de soja o almendra. De las frutas es aconsejable consumir aquellas con efectos diuréticos o drenantes, como el melón, la piña o la sandía.

Beber entre un litro y medio y dos litros de agua diarios. Además de aportar la hidratación adecuada que necesita el organismo, evita la acumulación de líquido en los tejidos.

Consumir más alimentos que contengan potasio, como las espinacas, el plátano, la acelga y el aguacate.

Consumir más alimentos de efecto depurativo y drenante, como el calabacín, la alcachofa, los espárragos, el pepino y el apio.

Alimentos frescos y no precocinados por su riqueza en potasio, y no como estos últimos que contienen mucho sodio. Y también es conveniente evitar los alimentos ahumados, en salazón y curados, como los embutidos en general, el jamón serrano, las aceitunas, el salmón ahumado y los quesos curados.

Hacer ejercicio, aunque sea caminar al menos media hora todos los días, pero mucho también ayuda nadar, montar bicicleta o practicar algún deporte a un ritmo e intensidad acorde con la edad.

Para saber con mayor seguridad si se retienen líquidos

En mujeres de mediana edad la retención de líquidos es muy común, pero no siempre se tiene la certeza de esto al comienzo del problema. Si se tiene la sospecha de que alguna parte del cuerpo está hinchada por retención de líquidos, basta con oprimirla por unos segundos con un dedo, y si deja una huella blanquecina que no desaparece de inmediato, es casi seguro que ya se está presentado el problema.

Y por supuesto que si hay otros síntomas asociados, como los que aquí se han destacado. No se trata de más que una sospecha, por eso siempre la mejor opción es consultar a un especialista que se encargue de verificarla y emita el diagnóstico preciso.