Asociada como un problema durante la etapa de la menopausia, la realidad es que la sequedad vaginal es una condición que puede afectar a mujeres a cualquier edad, incluso en más de una ocasión. De hecho, se calcula que el 50% quienes la padecen tienen menos de 50 años.

Más allá de una simple molestia en la región vaginal, la realidad es que este trastorno puede traer otras complicaciones cuando no se le presta atención de forma inmediata. En general el tratamiento es bastante sencillo, siempre y cuando se haga de la manera correcta.

Ahora, para entender el porqué de este problema, en primer lugar hay que determinar qué es y las causas que lo originan

¿Qué es la sequedad vaginal?

Es bien sabido por todas que la vagina está recubierta por un tejido que la protege, en condiciones normales este se encarga de generar un fluido o lubricante natural, también conocido como flujo, cuya función es mantenerla hidratada y proteger de agentes infecciosos.

Cuando la producción de flujo se ve alterada, la zona empieza a resentir esta falta de hidratación y es allí cuando se presentan los primeros síntomas de sequedad. Puede llegar a provocar entre otras molestias ardor al orinar, dolor o fricción al tener relaciones sexuales, irritación, ardor y picazón, llegando a ser bastante desesperante.

¿Por qué se produce la sequedad vaginal?

Está relacionada con un desequilibrio hormonal, de allí que sea tan frecuente durante la etapa de la menopausia cuando los niveles de estrógenos empiezan a descender, aunque también hay otros motivos que pueden llevar a experimentarla, como por ejemplo:

• Anticonceptivos con una carga hormonal excesiva.
• Medicamentos de alto espectro utilizados en tratamientos oncológicos y ginecológicos como la infertilidad.
• Episodios de estrés continuos.
• Infección en la orina.

Algunos hábitos de higiene también pueden dar paso a esta condición o incluso empeorar los síntomas ya presentes, tales como:

• Uso de duchas vaginales.
• Alergias o reacciones a jabones.
• Lociones o cremas perfumadas.
• Ropa interior sintética.
• Tampones o toallas higiénicas con perfume.
• Exceso de alcohol y tabaco.

¿Cómo atender el problema?

En primer lugar es necesario acudir con un ginecólogo, quien será el encargado de indicar el tratamiento más adecuado según el caso en particular. En su mayoría están relacionados con el uso de los siguientes productos:

Cremas vaginales

Su función es retener el agua en la zona y de este modo mantenerla hidratada. También mejora el pH que evita el desarrollo de infecciones. Si bien la dosis y la duración es diferente para cada uno, en general se recomiendan mínimo dos veces al día.

Óvulos

Se trata de terapias hormonales localizadas de menor impacto. Están compuestos por estrógenos que se introducen en la vagina con la ayuda de un aplicador, de allí que su acción es más rápida.

Lubricantes

Están indicados para las relaciones sexuales, de este modo la vagina permanecerá lubricada y no se sentirán esa molestias de fricción o dolor. Los más recomendados son los que están hecho a partir de agua por lo que resultan fáciles de enjuagar.