Mindfulness: Aquí y ahora
La agitada vida de hoy ha hecho que vivir en un permanente estado de estrés sea prácticamente un hecho normal y no la excepción.
Si agregamos que el estrés es una de las principales causas de un sinnúmero de enfermedades, la conclusión lógica es que hay que tomar las riendas del asunto, ¿cierto?
Pues aunque suene fácil, combatir el estrés es un asunto del que se han ocupado de manera creciente investigadores de diferentes disciplinas, no sólo para evitar enfermedades sino también para vivir de manera mejor y más plena.
Una técnica que se ha implementado con significativo éxito en el transcurso de los últimos años es el “mindfulness” o atención plena. Como su nombre lo indica, se trata de ejercitar la mente para concentrarse en el presente y llevar a la mente a un estado de conciencia particular, logrado enfocarla en el momento presente.
Aquí y ahora
El “mindfulness” tiene sus más profundas raíces ancladas en la filosofía budista. Esta peculiar forma de meditación fue popularizada en Occidente por el profesor de medicina Jon Kabat-Zinn, hace poco más de tres décadas.
Sus raíces budistas se encuentran en la antigua técnica de meditación Vipassana, que predica tanto la toma de conciencia del momento presente como la toma de conciencia de la realidad. Es decir, vive el presente.
Y precisamente la clave está en prestar atención a los pensamientos, sensaciones y al ambiente presente, sin preocuparse por juzgar si son incorrectos o no. Enfocarse en las percepciones del aquí y ahora y dejar fluir.
Aquietar la mente
En el estado que conocemos como natural, la mente tiende a vagar entre pensamientos y estímulos diferentes, sin detenerse demasiado a reflexionar sobre cada cosa que acontece.
En el “mindfulness” se aprende a contemplar lo que pasa sin calificarlo como bueno o malo, buscando a través de esta técnica milenaria el proceso de aquietar la mente y responder a las situaciones desde otra mirada mucho más consciente y atenta.
Grandes y pequeños
La técnica del “mindfulness” puede aprender a practicarse desde muy temprana edad. Está demostrado que su práctica habitual ayuda al establecimiento de hábitos mentales saludables como la regulación y manejo de las propias emociones.
Su enseñanza de manera adecuada en los más pequeños reduce los niveles de estrés, la depresión y la agresividad y aumenta la capacidad de relajarse y restar atención.
A los más grandes, la práctica del “mindfulness” los podrá beneficiar en muchos ámbitos de la vida cotidiana. En el trabajo, los practicantes de esta técnica suelen tener mayor claridad mental para elaborar estrategias e innovar, entre otras habilidades.
¿Cómo ayuda el “mindfulness”?
Si bien esta técnica no trae instantáneamente la felicidad ni va a evitar que ocurran cosas “malas” en tu vida, si puede aportar un enfoque que ayudará a que aceptes las cosas como son.
También te ayudará a atenuar la preocupación por el ego, que en general es la fuente principal de muchos de nuestros sufrimientos y a descubrir la riqueza que cada momento de la vida puede regalarte.
Todas estas habilidades tienden a aportar bienestar y a entrenar la mente para saber en qué posición se puede estar ante las adversidades y aceptarlas tal como son. No nos evitará las situaciones dolorosas pero nos preparará para aceptarlas.
Puedes ser más feliz
Aunque la práctica del “mindfulness” no evitará el pasar por trances desagradables, si ayudará a salir de pensamientos negativos. Este tipo de pensamientos suele tener un radio de acción que en el menos grave de los casos, tiende a hacernos caer en el desánimo.
También te ayudará a relacionarte de mejor manera con las otras personas. Con la atención plena podrás profundizar y enriquecer tus relaciones, tan necesarias para desarrollar la mente de manera saludable.
Con el “mindfulness” también podrás conectarte con tu satisfacción interna. Esto te hará sentirte satisfecho con lo que tienes y con lo que eres. No necesitarás estímulos exteriores como dinero o éxitos para sentirte pleno y en paz contigo mismo.
Asimismo la atención plena te otorgará una habilidad sumamente preciada y especial: la gratitud. A medida que seas más consciente de lo que está sucediendo a tu alrededor y dentro de tu propio ser, espontáneamente verás brotar la gratitud hacia la propia vida dentro de ti mismo.
Tomar conciencia
Hay algunas sencillas acciones que puedes incorporar en tu día a día, que aunque parezcan poco, te pueden traer largas horas de paz y tranquilidad interna.
Entre ellas, tomar conciencia de la respiración. Seguir de manera consciente el paso del aire a través de todo nuestro cuerpo supondrá una diferencia en la actitud que tomes ante la vida. Tener conciencia de las acciones que realiza nuestro cuerpo es todo un reto, pero asumirlo realmente marcará la diferencia para poder vivir de la manera más plena posible.
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