Aromaterapia y estrés ¿qué relación tienen?

El estrés y/o la ansiedad son un clásico del siglo XXI, el ritmo de vida actual, caracterizado por la falta de tiempo, hace que casi todo el mundo se sienta o se haya sentido ansioso en algún momento. Queremos e intentamos hacer muchas cosas a lo largo del día y al final terminamos con la sensación de no haber hecho suficientes cosas, tanto en el terreno laboral como en el personal.

Todo esto hace que también hoy en día hayan cobrado tanto éxito actividades como el yoga y la meditación o los retiros espirituales, al final tratamos de buscar terminar con esa sensación y procurar vivir más relajados y felices.

El problema que surge respecto al estrés es que lo hemos normalizado, lo consideramos una parte más de la vida cotidiana y no tenemos en cuenta las posibles consecuencias que puede acarrearnos en cuanto la salud. Tanto el estrés como la ansiedad repercuten negativamente en el sistema nervioso, en el endocrino y en el inmunológico, volviéndonos más vulnerables a las enfermedades.

Es muy importante prestar atención a nuestro cuerpo pues suele enviarnos señales a modo de aviso de que algo no está funcionando bien, por ejemplo, a través de dolores de cabeza, problemas estomacales o en la piel. No hace falta llevar a nuestro cuerpo al extremo, donde podemos encontrar enfermedades más serias.

A continuación vamos a hablar sobre la aromaterapia y por qué se usa ante el estrés y ansiedad.

Aromaterapia y estrés

La aromaterapia es una técnica que se ha utilizado desde hace miles de años para mejorar la salud, sobre todo a lo referido en mejorar el estado de ánimo. La “magia” de los aromas ha sido usada por diferentes culturas y religiones para practicar ciertos rituales.

El uso de esencias a lo largo de los años como medio para alcanzar la parte emocional, ha hecho que cada vez se realicen más investigaciones sobre sus propiedades y beneficios para la salud, principalmente para la salud emocional.

De estos estudios se llega a concluir que la aromaterapia puede tener efectos considerables en el estado de ánimo, emociones y bienestar emocional de las personas.

Al igual que los colores, los olores tienen la capacidad de incidir en los sentimientos de las personas. No es casualidad que muchas marcas y establecimientos tengan su propio olor característico, se trata de una nueva técnica del marketing de los sentidos, el marketing olfativo.

¿Cómo funciona la aromaterapia?

Existen dos vías principales de administración, a través de la inhalación directa o por medio de la absorción directa de la piel.

Cuando la aplicación es a través de la inhalación puedes diluir unas gotas de la esencia en agua y usar un pulverizador para distribuirlo en el ambiente o bien inhalarlo directamente del frasco o de un paño al que se aplique. Si lo tuyo son más los baños que las duchas, puedes añadir algunas gotas en el agua.

Si decides, sin embargo, hacerlo a través de la piel, debemos tener más cuidado, pues la esencia puede producir alguna irritación o efecto negativo en la piel. Lo recomendable es probar la esencia primero en una zona pequeña y valorar su efecto, también puedes diluir unas gotas en tu crema o aceite de uso diario y aplicarla en conjunto.

La esencia que se usa por excelencia para paliar los efectos de la ansiedad o el estrés es la de lavanda, pues se le atribuyen efectos relajantes, el linalol es la molécula aromática responsable de sus propiedades calmantes. El jazmín y la manzanilla también se usan para este fin.

Si decides probar con la aromaterapia, te recomendamos que lo hagas siguiendo los consejos de un/a profesional y que consultes con tu médico/a antes de hacerlo, sobre todo si la aplicación va a ser directamente en la piel y si se trata de una persona embarazada, en periodo lactancia o si son niño/as.

Además de la aromaterapia, existen otras cosas que podemos hacer para mejorar el estado de ansiedad:

• Hacer deporte a diario para liberar estrés.
• Hablar sobre las emociones y sentimientos.
• Buscar actividades que nos hagan reír y disfrutar.
• Beber agua para estar correctamente hidratado y eliminar mejor las toxinas
• Reducir el consumo de café y té para no estimular el sistema nervioso
• Cuidar la alimentación, disminuyendo los azúcares y alimentos grasos.